Poemas

Niebla

Hay sobre la madrugada un vidrio opaco:

caminamos a tientas, en lo ambiguo

entre la tierra y el cielo: así creemos

que caminan también nuestros difuntos.

 

Quizás se esparcirá también la niebla

sobre campos y canales, contra el muro

verdinoso de la infancia,

entre los juguetes y el incienso de Rimbaud.

 

Es este humo de Dios como una llaga

que se percibe apenas con dolor: la pupila turbia

del milagro evangélico, quizás

un ojo lisiado de la mañana y de la vida.

 

Guillermo Pilía-

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