Una mujer
quiso escribir su poema.
Descubrió
en un amanecer iluminado
cuando la luna estaba,
a los duendes de su inventario.
Desde entonces
la tinta como máscara
a los ciegos destinos
definitivamente busca,
junto al silencio
(a veces retorcido)
de su mágico viaje
respira
encuentra.
Magaly Caridad Pérez-