Poemas

Reflexiones para Cuaresma

Signos y símbolos, cuajados de gozos y sombras,

se vierten por la vida y nos llenan de lenguajes.

 

Hay palabras que son cuchillos y acuchillan,

otras aliento y alientan como el perfume del aire.

 

Igual que el viento, que pasa y no regresa,

se viene a este mundo solo y solo uno se va,

como un soplo de aire, como un suspiro de voz.

 

Noches y días quedan en la retina del recuerdo,

acompañando caminos, acompasando sueños.

 

Se manifiesta el ser con el no ser y al no ser uno es.

Uno es la poesía que enciende la existencia de luz.

 

Hay que temerle a la vida antes que a la muerte,

cuando la muerte nos alcanza, ya no vivimos.

 

No somos nada más que una vida vivida y enterrada.

No somos nada más que una vida vivida en la nada.

 

Sin embargo, somos el todo de una vida que nos espera,

el diálogo del tiempo, la imagen futura de la eternidad.

 

Somos tiempo y vida en conjunción y en unción de paz.

Somos vida creada y recreada por amor y con amor.

 

Somos lo que somos, la poesía de Dios en el mundo,

la imagen visible del Dios invisible, la obra del Creador.

 

El alma estaba en el principio, en la voz creadora,

y retorna al cosmos Creador para engrandecer la creación.

 

No hay amor más grande que el corazón de Dios,

y su corazón forma parte de esta vida, de nuestra vida.

 

Sólo hay que abrir los ojos y ponernos en sus manos.

El que vuelve al Padre, le aguarda un universo de armonía.

 

Víctor Corcoba Herrero- corcoba@telefonica.net

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