Poemas

Jardín de la República

Eran las diez de una mañana de sol oscura luminosa

cuando bombardeaban los cerros.

Tan sólo azul dibujando el viento mejillas brazos manos

daban ganas de vivir.

Había seguramente perfume de azahares en el aire

y cuando en Tucumán florecen los azahares

rincones calles hasta la apretada selva se inunda con su fragancia

que se enreda con los olores de jazmines del pedemonte.

En mi casa la Gloria Dei de mamá

extendía a lo largo de sus tallos

metralla de rosas encadenadas

a veces amarillentas a veces rosadas.

Posiblemente era también época de molienda

y sobrevolaba con los aviones el aroma de la miel de caña

y quemaban en los surcos las malhojas

y sobrevolaba con los aviones la negra ceniza

penetrando por los resquicios de las casas

junto con el sonido de las explosiones

ensuciando los frontis los patios interiores

con madreselvas y parras reverdecidas

en la pura promesa de la uva mato

las sogadas de ropas recién tendidas.

Pero pese a la ceniza ese día Tucumán realmente era

-como alguien dijo- el Jardín de la República.

 

Norah Scarpa Filsinger-

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