Poemas

Niño portátil

En contracampo también,

ya no es un sueño,

 

las yeguas de la noche

comían hierba en mí.

 

…vigía y

todos como nadie saben

heliotropo de su sangre.

 

Huéspedes de una edad parecida a la infancia

pero que contiene todavía el habla

que desconocimos.

 

Y allí nos reúne el miedo a que la palabra sea

su implacable presencia de custodio

en la pesadilla.

 

Un caracol dormido

que hacia sí mismo sube,

 

y aunque se rebela como una baba plateada

y laberíntica,

otra voz lo lame.

 

¿Llueve?

El viento viene a barrer suavemente las cosas.

 

Arturo Carrera-

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