Poemas

No era la muerte

No era la Muerte, pues yo estaba de pie

y todos los muertos están acostados,

no era de noche, pues todas las campanas

agitaban sus badajos a mediodía.

 

No había helada, pues en mi piel

sentí sirocos reptar,

ni había fuego, pues mis pies de mármol

podían helar un santuario.

 

Y, sin embargo, se parecían a todas

las figuras que yo había visto

ordenadas para un entierro

que rememoraba como el mío.

 

Como si mi vida fuera recortada

y calzada en un marco

y no pudiera respirar sin una llave

y era como si fuera medianoche

 

Cuando todo lo que late se detiene

y el espacio mira a su alrededor

la espeluznante helada, primer otoño que llora,

repele la apaleada tierra.

 

Pero todo como el caos,

interminable, insolente,

sin esperanza, sin mástil

ni siquiera un informe de la tierra

para justificar la desesperación.

 

Emily Dickinson-

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