Poemas

Espejo para desenredar sombras

para los enredos del tío Pablo.

 

¿Quién soy?

 

Soledad profunda como la sombra

Enterrada a la orilla de una lámpara

Pensando, triste, alegre, triste,

Mientras tu alma interminable

Ronda.

 

Soy esas mismas olas

Que hora tras hora

Buscan raíces terrenales

En la sustancia del cuerpo,

Desnudando el nudo

Desenredándome del tuyo.

 

El viento me canta, me cuenta las horas

Al azar, me trae ecos de fuego, de pasiones

Y nostalgias que nadie llama.

Herida de tus virutas, tu pelo colocho

Bailo el incendio de mi alma.

 

Mis árboles arden, mis raíces llamean, chispean,

Quemándose de nuevo, dan luz.

El bosque, triste, con la llama solitaria

De tu cruz.

 

Yo lejos ahora, a la hora azul

Regreso al abanico inmenso del mar

Como varilla, como rayo de luz,

Yo mujer, era allí, eran mis aguas.

 

Desbocada, violenta, estirada desde el cielo

En la soledad del mar, grito triste mis furias

En el vaho del mar, corren libres mis locuras

Con las piedras pulidas que golpe a golpe

Agotan sus ásperos gritos de vida.

Vida de antes, de nadie, vuelta mía,

Allí camino largamente, pienso en ella.

 

Extraña, ya no soy cosa,

Presencia familiar y ajena,

De bruces de noche

Del molinero taciturno.

Lejos de tu ciudad, soy bruja,

Soy mi propia brújula.

 

Mis esperanzas fueron sombras

Para ahogar los lamentos

En medio de las brumas

Que entierran lámparas,

Desvanecen imágenes

Allá arriba en el campanario

Suelto mi pájaro, pensando

Más lejos que nadie, lejos

De ti también.

 

Quien soy, pensando en profunda soledad.

Desenredando sombras.

 

Helen Dixon-

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