Poemas

El grito del dinosaurio

No oí un tango argentino

Ni comí en las manos de un pájaro;

Un pájaro es una hoja expuesta

Acribillada de vacíos por todos lados,

Un bulto de ceniza, casi blanco,

Está sentado delante del verdugo

Esperando el alimento de los justos;

Hay un grito en las montañas,

En la cumbre de aquel vaso de flores,

En los gestos obscenos de la tarde,

Que abriga a un dinosaurio

Congelado por la rústica luz

De mi pensamiento.

 

Silvio Paro-

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