Poemas

El hombre infeliz

Resulta fácil reconocer

a un hombre infeliz.

Su pecho gira

como un cubo

de diversas dimensiones.

Ángulos y vértices

los caminos hacia su alma

tienen el margen abismal

de los abrazos posibles.

 

Su casa es grande

y de fórmulas y alambres cubierta.

Nada de ella con vida se escapa,

ni los ecos

ni la noche que dentro de ella

euclídica se fragua.

Es tan fácil golpear su mejilla,

una palabra de amor lo desbarata,

el paraíso se rompe

y caen pedazos

de sus guardias de bronce.

 

El hombre infeliz

engorda recuerdos

que saca a pasear por las tardes,

recuerdos rabiosos

que muerden el aire

y que se van abriendo paso

a dentelladas tristes

y a torpes gemidos vanos.

 

Fabricio Estrada-

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