En los cuatro costados
Sacrificio
y en la niñez una muñeca herida.
Me empujaron los sueños en Septiembre
y de golpe, con urgencia, conocí al hombre.
Quise salvar el canto
Tímidamente
y en la presencia del otoño levanté mi casa
con dos ventanas de tronco y rocío.
Elsa Wiezell-