Poemas

Inundación

El río trajo troncos y lúbricos helechos:

la creciente mantuvo mi memoria anegada.

La inundación es gris. La niebla húmeda nada

entre ruinas y patos y lúgubres desechos.

 

Mundos rotos, barcazas, heridas en el pecho

del río, y un olor como a selva concentrada;

un hedor incipiente y una aguda parvada

de gritos en la cumbre del paisaje maltrecho.

 

Tiembla un dolor de siglos en las aguas impuras

que arrancaron raíces y carcomieron tumbas

que ahogaron yeguas, potros, jardines y espesuras.

 

Hay un salmo en el viento y un soplo de amargura

y donde antes fluía el licor de las rumbas

sólo queda el gemido donde el aire supura.

 

Efraín Bartolomé-

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