Poemas

La musa

Yo la quiero cambiante, misteriosa y compleja;

con dos ojos de abismo que se vuelvan fanales;

en su boca, una fruta perfumada y bermeja

que destile más miel que los rubios panales.

 

A veces nos asalte un aguijón de abeja:

úna raptos feroces a gestos imperiales

y sorprenda en tu risa el dolor de una queja;

¡En sus manos asombren caricias y puñales!

 

Y que vibre, y desmaye, y llore, y ruja, y cante,

y sea águila, tigre, paloma en un instante,

que el Universo quepa en sus ansias divinas.

 

Tenga una voz que hiele, que suspenda, que inflame,

y una frente que, erguida, su corona reclame

¡de rosas, de diamantes, de estrellas o de espinas!

 

Delmira Agustini-

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