Poemas

Vocación

Que el orbe se desboque,

que toquen a la puerta mis amigos,

que llueva ajenjo sobre los paños

de blanca estofa

y se tuerzan en la cazo los cereales,

que el ceño frunza, descontento,

mi marido

y me extrañe alguno que otro

en el teatro de Dionisios.

No desviaré mi paso:

en mis dos pechos mansos

serás el comensal.

 

Ana Istarú-

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