Poemas

El problema del mundo es la escucha

Antes que saber de la hacienda mundial

hay que saber del camino y de los caminantes.

El pensamiento de Machado,

de que se hace camino al andar,

todos lo evocamos pero a pocos le desvela.

 

Nadie escucha a los que no tienen poder.

Nadie escucha a los que nada tienen.

Nadie escucha y deja hablar al corazón.

Lo que no se escucha, se desprecia.

 

Debemos caminar a la escucha del mundo,

de todo el mundo, poniendo el oído

en los que no tienen voz,

aunque se nos escarche la sonrisa del alma.

 

El día que nos desviva el caminar oyendo

la angustia que soportan tantas gentes,

qué bien pudiéramos ser nosotros mismos,

habremos despertado al verdadero aprecio

de las cosas, a la vida y a saber vivir.

 

Observo que somos caminantes

en busca de horizontes perdidos.

Tan importante como mirar es ver,

ver a través de uno la existencia

y abrazarse a los que con ella son.

 

Si todos nos abrazásemos mucho más

al abecedario del espíritu,

no haría falta llamar a la estética

ni convocar debates contra nadie,

ni contra nada, sería cuestión

de sentarse a escuchar

lo que el ánimo nos dice y desdice.

 

Propongo, pues, la obligación

de interrogarse todos los días

cada uno consigo mismo,

y a caminar más despacio

para oír los sollozos del hambriento,

que ansía gozar de la fortuna del rico.

 

He aquí, la tremenda confusión

por la que a veces vivimos

y por la que tanto desesperamos:

No es pobre el que nada tiene,

lo es aquel que no se quiere,

ni se pertenece a sí mismo,

su vida en sí, ya es un tráfico de ventas.

 

Ahí radica el problema del mundo:

Cada día hay más personas necesitadas

que han de venderse y más animales

vestidos de humanidad ansiosos

de comprar inocentes a precio de juego.

 

Jugar con vidas humanas

y no escuchar sus lamentos

es el mayor de todos los males:

deshonra al género humano,

lo degrada como especie pensante,

lo vuelve un bestia salvaje o un dios cretino.

 

Quien mal halle, bien done,

pero no se desgaste, escuche, ¡escuche!.

 

Del escuchar proviene el conocimiento

y del meditar viene después el arrepentimiento.

 

Víctor Corcoba Herrero – corcoba@telefonica.net

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *