Palpita corazón en la pradera del amor
porque eres libre
de sentir que los cuarteles del dolor
rompieron sus barreras
con las flores recién abiertas
del calor de primavera,
anclada en la miseria estival.
Palpita corazón al comprobar
que resistir valió la pena,
que la oquedad de la razón
se quebró como hoja seca
y el brote de piedad
reverdeció por la hendidura
nutricia de una grieta
dispuesta a la verdad acorralada y quieta.
Palpita corazón porque en la emergencia
triunfal de un error se masera
la impunidad y la esgrime como
argumento imposible de quebrar
con tu romántica quimera de pescador
de ideas ciegas.
Palpita corazón porque el tiempo espera
que el que no sea pecador
arroje la primera piedra
…¡y pierda…!
Teresa del Carmen Chandía-