Sombra desvalida entre todas se hallaba
en aquel sitio, donde con melancolía vio
como un desnutrido velo oscuro penaba
entre un vaivén de sombras sin presagio.
Colmado de impaciencia, él meditaba,
el velo desnutrido sólo parado ahí siguió
inmóvil y melancólico, sin vida estaba
junto con las sombras de mismo augurio.
Mientras seguía exótico desfile, él miraba
las sombras marchar, pero ninguna lo vio
sólo el velo desnutrido, quieto, lo llamaba
incomprensible, el fue, a la marcha se unió.
El velo recibiéndolo, su forma anunciaba
al anfitrión de sugestiva marcha, que dio
luz entre las sombras que antes penaban
en el sendero inexpresivo del éter vacío.
Largo ahora el sendero entre fila estaba
entremedio, él se deja al flujo del sin inicio
de algo por instinto, la situación invitaba
una desesperación final en el velo pesaba.
F. D. Soliatis-