Poemas

Muerte

Hilo invisible, delgado y fugaz,

donde crepita como leña herida la vida.

Un abismal sendero nos separa, nos aleja

de aquella bagatela de sueños y utopías

cuando ese delgado hilo se rompe y en segundos

la muerte acecha.

 

Límite insondable, profundo y eterno,

no presentido siquiera…

Augurio que nadie teje,

madeja de luz tendida en el horizonte de la tierra,

despertar, soñar y morir.

Cerca del mundo, de la nada, de la oscuridad total.

Firmamento de la conciencia que anuda

dejando tras de si una larga red de dolor.

 

Recodos, laberintos, paradigmas y misterios

que como telarañas rondan en sus lentos

y densos jardines de locura y desvarío.

La muerte ronda con su tic-tac imparable

Lento y constante, péndulo sin fin que pende

sobre nuestras vidas haciendo endeble el carruaje del destino.

 

Hilo delgado, invisible y efímero que se rompe

ante los ojos incrédulos en un sordo estertor

que arrebata los más encumbrados o sencillos sueños.

Silencio impaciente, horas dilatadas,

embriaguez de los sentidos, amargura del amanecer.

Entrecortado por los susurros el féretro se dibuja siniestro

sobre la alfombra roja.

 

Vista velada, crepúsculo sin presagio

caminos que se bifurca para nunca más volver.

Hilo que cruje cuando al final se desdibuja la noche

en aquel eterno olvido que seremos:

El recuerdo.

 

Gildardo Gutiérrez Isaza-

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