Carne picada a cuchillo,
para un ballet semáforo
relleno de cuerpos envasados
con los ojos ocultos en un pozo
de sangre. Los miro:
soy la vecina arrollada por el cruce
del ruido y el silencio,
acodada en el balcón como si fuera
la muñeca que anuncia el lavacoches
del garage de la vuelta de casa
y al fin, como Julieta sin Romeo
asalto lo inefable, la foto
de los cables trenzados
con los cinco bailarines hambrientos.
Cielo contaminado, el inalámbrico
susurro de las voces
entremetidas en la casa
donde duerme mi gata
como si un escorzo
con la cola enrollada
fuera mejor que mirar de frente.
Pero en la esquina el baile
que fabricó el escudo de motores en fuga
ha terminado en nada
y vuelve la figura del hombre acribillado
al compás de los años
como una fruta inexplicable
de una higuera seca, a destiempo.
Hebe Solves-
Querido Marcelino:
me ha producido una intensa emocion ver publicado en vuestra pagina un poema de la querida Hebe Solves.
Quisiera decirte gracias en el nombre de mi querida amiga…
Un abrazo
Marta
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