Poemas

Ardiente alborada

El brillo de las brasas acrecienta las llamas

cuando su cuerpo regocija de placer y resuena en su intersticio,

mientras tus manos graban en su piel carmesí de delicias

promulgando fogosas citas de amor que atinan al deseo.

 

Su corazón late ardiente

y tu suspirar se profundiza

al saber que vuestras manos se entrelazan

y vuestra pasión se acrecienta.

 

Su canto tenue se derrumba

al eco inexorable de vuestro apogeo,

mientras socabas el interior horadando

con sublimes aromas y pulcros movimientos

que yacen en deleite y admiración.

 

Álgidas palpitaciones se retuercen en el lecho del esplendor,

los lienzos acarician los apasionados entes y

lo confinan avivando el estruendo enmarañado de sus mustios

cuerpos sofocados a las brazas ineludibles del regodeo.

 

Plática de miradas, desnudos del alma, tentaciones tangibles

y venenos bebibles son reflejos apasionantes de una lucha

paralela por la complacencia.

 

Blankita Apestegui-

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