Tengo en mis pupilas
la imagen quieta del gigante de arena.
Y en mi interior,
todos estos momentos
abrazada a tu cuerpo.
Las tardes tranquilas a tu lado
cuando el tiempo dibuja lentamente
la caída del día
y tus brazos me dan
el refugio necesario
que este corazón necesita.
Y con esa tranquilidad
que trasmite tu presencia
y la paz
que emiten tus palabras,
me dejas la dulzura
de un ‘te quiero’, para el alma.
Vicky Martínez-
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