Si vuelves a mí
te amaría más que antes
y mucho más de lo que ahora te amo,
y no dejaría que una decepción
brotase de tu corazón como mala hierba.
Dejaría más libremente
a las mariposas de tus manos
volar sobre el jardín de mi piel
mientras me regalas
la fruta madura de tus besos.
No te daría motivos
para que erupciones con los celos,
porque me ataría a ti
con una cadena de fidelidad;
en todo caso,
que me quede ciego
si la tentación de traicionarte
se me cruza por delante.
Si vuelves a mí,
no habría día, ni minuto, ni hora,
en que mi amor no se acreciente por ti
cada centímetro más
hasta llegar al cielo,
y si éste tiene un límite
lo traspasaría.
Le daría una primavera a este otoño
y pondría en su lugar
a las caídas hojas.
Habría en todas las noches luna,
y oraría para que tus ojos
puedan contemplar siempre
un arco iris en el cielo.
Si vuelves a mí,
decretaría que todos nuestros días fuesen
un catorce de febrero
y no dejaría que se marchitara una flor
en cada rosal
a fin de que su fragancia
se derrame en cada estancia que contemple
tu presencia;
y sería tuyo mi corazón
y serían tuyos lo besos de mis labios,
y no dejaría que sufran de carencias
tus ilusiones.
Si vuelves a mí,
ángel destinado a mi cielo,
prometo eternamente
que no te dejaré de amar,
que será tu amor en mi corazón
abarcado
de la misma forma
en que el universo abarca
la inmensidad.
Randy Intriago-