Unos ojos muy bien protegidos,
escondidos en la distancia,
se acercan con miradas y pensamientos,
indicándome con gracia,
una luz que señala la oscuridad
más profunda,
tal vez ver un sentimiento,
en lo profundo del silencio,
mil veces dije hoy silencio,
por siempre adiós,
y como el viento,
al dar vuelta a la tierra,
volvió a mí,
buscar mi felicidad, es estar lejos,
y también es estar cerca,
aunque suena a locura,
tan contradictorio,
como el sentir.
A pasado tiempo sin ver aquella luz,
pero a pesar de ese silencio,
castigo mutuo,
aún te sigo soñando,
a pesar del limón,
ambos sabemos que,
al atardecer se vuelve dulce.
Como el viento y las ambiciones,
un día viniste,
y al igual te fuiste.
Porque tuvo que pasar esto?
Luisa María del Campo-