El desaparecido sentido del amor en mis músculos y alma,
cubierto bajo cientos de entierros de desamores y flores marchitas de recuerdos
oscurecido por la niebla helada y triste de cinco o seis miradas lejanas
congelado en el glaciar de cinco o seis olvidos
mustio inerte
no reaccionaba ya
y las odas alegres que resonaban antes entre campanitas y ángeles
sueños y realidades,
mitos y verdades
serenamente se disgregan en ríos solitarios fluyendo al mar claro,
angustiado del abandono
hasta que en un desliz del destino, lo recoge un lecho de tu río
y por ese abstruso secreto de la vida se entremezclan
y nadan contra corriente, volviendo a revivir
para despertar espíritus, romper esos jardines melancólicos y reflorecerlos cada día con
el fuego vivo de la luz de tu mirada, los efluvios incógnitos de nuestros ojos y la brisa
suave de nuestros alientos
Para creer otra vez.
Rilke Campero Zapata-