Las caracolas se mueven
con el vaivén de las olas,
libres sin un punto fijo
y sus fuerzas soñadoras.
Una bella caracola
está perdida en el mar,
se mueve con elegancia
sin saber que ha de encontrar.
Los mares va recorriendo
con un destino ignorado,
girando de ola en olas
hacia un lugar no buscado.
Su destino es la aventura
cuando se ve abandonada,
y la lleva hasta la orilla
una ola despistada.
Este será su final
de las olas desprendida,
propiedad de algunas manos
que la encuentre divertida.
Si es un coleccionista
siempre la valorará
y si la encuentra un niño
de ella se olvidará.
Por eso todo en la vida
tiene un destino marcado,
aunque desees encontrar
el que es más adecuado.
La caracola es la reina
en medio del ancho mar,
pero pierde su reinado
cuando abandona su hogar.
Marisa de la Torre Galeas-
Pingback: 20 de enero de 2013 : : Cronica Literaria