Mis lágrimas serán como cerillos
que enciendan el mar de las tristezas.
Mojad el rostro de ceniza.
Quemad esta noche en vela.
A cuanto llorar por tu cariño.
A dónde encontrar el alma entera.
Dejad tu huella en mi camino.
Salid en busca de una estrella.
Enpalidecen mis mejillas
y aguantan este frío Febrero.
Cuando no sale el Sol por la mañana,
el día gris ríe y me empaña.
La lluvia cae por mi ventana,
imita de mis ojos…
esa tormenta que se acaba.
María Alejandra Valero-