Se rompe bajo el cristal
un tic tac. Un cuerpo anónimo
es argumento, seudónimo
de una sustancia fatal,
que duele. Desde el final
el aire pálido asoma
a la ruina. Es una broma,
es una broma la vida
donde viaja la partida
y el silencio que nos toma.
Podemos ser luz, naufragios
del regreso. Nada importa
si la distancia nos corta
en mitades. Los presagios
a destiempos salvan plagios,
se alejan, se transparentan,
se arrancan la piel, inventan
el inicio menos falso.
Levantan voz del cadalso
que las memorias violentan.
Mariano Aldana Romero-
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