Cuando me llega la magia
de Vivaldi
desde su mansión sonora
-me pregunto-
cuántas constelaciones bajaron,
cuántas flores maduraron,
cuántas púberes desfloraron
un grito de felicidad.
Cuando me llega la magia
de Vivaldi
desde su mansión sonora
-descubro que fui-
estrella, flor y púber.
Y me encierro a pensar.
Betty Badaui-