Por los caminos de la vida,
voy de acá para allá,
buscando a primavera por doquier.
Siento que se acerca,
espero despertar con ella,
fundirme en su deseo de vivir.
A mi podrán cortarme las alas,
pero no podrán abatir su vuelo,
la flor siempre vuelve a ser flor.
Volveremos a gozar de sus versos,
de la belleza de sus cabellos,
de sus labios palpitantes,
de sus atardeceres sonrientes,
de su aurora espesa de cantares.
Primavera, reaparece pronto
en tus bosques perfumados,
te necesitamos para tomar
y retomar tu aliento,
para revivir alegrías perdidas.
Necesitamos crecer contigo,
ascender al Olimpo de tus sueños,
acurrucarnos en tu pecho,
sentirnos amados para concebir
otro mundo más plácido.
Nada hay que me conmueva
tan hondamente, que aliente
mi espíritu y dé inspiración
a mis abecedarios
como tú, primavera apacible
y rebelde a la vez.
A tu lado, primavera,
todo se renueva por dentro,
y por fuera todo es más radiante.
Quédate con nosotros
y cuando te vayas, llévanos también.
Traspásanos el brillo de tus ojos,
antes que el ocaso del invierno,
extinga el esplendor de nuestras vidas.
Primavera, contigo el horizonte
está en la mirada y no en el camino.
Déjanos vivir así, junto a tu corazón,
que quiero ver otra realidad
más afectiva y efectiva, más amorosa,
¡más de Dios junto a Dios!.
Víctor Corcoba Herrero- corcoba@telefonica.net