Poemas

Conversación

Me dispuse, con mi natural empeño

conversar con un libro de los míos,

los que encierran los férvidos estíos,

los que llevan inviernos en su sueño,

 

el dolor expresivo que fui dueño

como un gnomo sediento de rocíos,

mi cuaderno de témpanos umbríos,

tanto da como moro o caribeño;

 

tropecé con mi llanto no olvidado

mi lágrima de padre, desplomado

en el recinto del rito funerario;

 

y al cerrar aquel libro construido

con la pluma habitual de mi gemido,

sentí hundirme en el pozo cinerario.

 

Rodolfo Leiro-

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