Miro.
Tras la mirada se me va la vida,
hilo de ovillo que se desovilla,
que a veces se enreda,
que emerge embarrado de algún charco turbio,
que busca rodando la corriente clara,
que se lava y sigue
cada vez más lejos
cada vez más chico.
Tiene en un extremo la infancia dolida
y en el otro extremo
falta un barrilete,
sobran despedidas.
María Amelia Schaller-