“Lo bueno de lo malo es que no es lo peor…”
Llegó el frío. Cala los huesos.
Harían falta tantos besos
para templar la ansiedad!
Como el sol, están guardados
o merodeando otros lados
y tardarán en volver.
Es invierno. Los colores,
las hojas y los amores
se van de a poco perdiendo…
Una húmeda tristeza
y una lánguida pereza
rondan. Cuesta despertar.
Narices arreboladas
y camperas abrigadas
desfilan ante mi vista…
Y aquel pequeño en harapos
desde su alma y sus trapos
me mira y pide consuelo.
Largo tiempo de neblinas
dentro y fuera en nuestras vidas
tendremos que soportar…
y dedicar los empeños
a deslizarnos por sueños
que amainen el temporal!
Silvia L. de la Cal-
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