Poemas

Vejez amable

Con el anciano la virtud dormita

larga la cuita, blanda la consola

y su presente la abandona al eco

de los recuerdos que regresan siempre.

 

Las acuarelas como los turbiones

nombran razones como nombran ocios

y surge el gozo de livianos trazos

por su repaso que el silencio toca.

 

Cifra en la nieta su futuro cierto

ya que el afecto de renuevo siente

por esa fuente que convoca dones

mientras recoge su bastión de luna.

 

Si queda quieto de un momento a otro

será tesoro su paciente lidia

porque su prisa, demasiado lejos,

es un arpegio que le llega leve.

 

Hacia la meta de luciente cumbre

viaja su lumbre de tranquila palma

ya que su calma de fontana limpia

se fortifica mediante rezos.

 

Tal vez la siembra haya sido buena

como reserva de consuelos hondos

y ven sus ojos el amor sublime

que le bendice con soñado prado.

 

Altamirano Ninalquin-

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