Poemas

Rescate

Hay un instante repleto de silencio
al arribar lo no habitual e inexplicable.

Resplandecen las horas vespertinas
y con prisa se allegan oscuros balanceos.

No existe apuro y entonces la mirada
se vuelve lejanía o vuelo de gaviota.

El piélago deja al viento demorado
y todo se hace inocultable asombro.

Él contempla ansioso la infinita
amplitud prodigiosa que hoy lo innova.

A veces parpadea y con fruición respira
feliz frente al mar. Aquí y en su nostalgia.

Del libro Al mar dejo esta voz

 

Julio Bepré-

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