Ilusiones rotas navegan
por su alma inquieta,
con un nudo en la garganta
y un corazón dolorido
sigue sentada en la barca,
entre las olas escondidos
los delfines están jugando
a ese juego del amor,
el horizonte enrójese,
revuelan las gaviota
alrededor de la barca,
en sus pico ellas se llevan
esas ilusiones rotas,
las olas con su vaivén
sigue meciendo la barca
sin rumbo y sin destino.
Joaquina Cañadas Blanca-