Poemas

Bucólica

Con su cayado en la mano,

después de cultivar la Tierra,

el Pastor Humano conduce el Cordero

de la Creación a los pastos del Ser.

Escucha cómo toca

la flauta de caña hueca

y la Música hace correr el Río

confundiendo el fuego con el agua

y formando la sangre

que da Vida a las cosas.

El Cordero pace tranquilo

la verde hierba del prado,

en tanto escucha la campana del Templo

sonar en lontananza.

Al son del viento la Naturaleza

pasa del negro al verde

germinando

en las tumbas apagadas y florece

la Gran Rosa de la Primavera

en el paisaje.

Se hace la Felicidad

y cuando el Sol se retira y la Noche

propaga su duda de tiniebla

sobre los campos extendidos,

el Pastor hace el Silencio con su flauta,

y el universo vuelve a sus orígenes,

la Realidad fundada desde el Tiempo.

 

Juan Manuel Pérez Álvarez-

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *