Me divierte tu alegría y desenfado,
tus locuras y sonrisas maliciosas,
tu madurez infantil y palabras juguetonas.
Todo en ti es fantasía
y lujuria prohibida.
Me haces sentir niña
ávida de primaveras olvidadas,
de raíces sepultadas,
de flores no sembradas.
Me divierte tu ímpetu desbocado,
tus ansias descontroladas,
tu remar distraído.
Eres como la brisa fresca de la mañana
que con rosas en la mano
y ternura en la mirada
me abres a la vida…
Me diviertes.
María Rodríguez-