Poemas

Jadwiga Szimanski de Koprowski

Jadwiga Szymanski llegó a Comodoro Rivadavia en el año 1935, con diez años de edad, cuando sus padres decidieron emigrar en busca de trabajo, como lo hacían tantos polacos en aquella época.
En su adolescencia, estudió en el Colegio Nacional de Bellas Artes, uno de sus maestros, fue el reconocido artista plástico Antonio Berni.
En el año 1944, se casó con Juan Koprowski, de este matrimonio nacieron dos hijos: Amanda y Enrique.
Comenzó su primera obra un domingo a la mañana, cuando visitaron la casa de un primo y vio una hoguera que ardía en el patio. En un tronco envuelto en llamas, adivinó caballos alados, ninfas y leones. Le pidió a su marido que le ayudara a rescatarlo para llevarlo a su casa. Buscó un formón y martillo para convertirlo en una escultura, que representaba personajes de la mitología griega.
Con esta obra participó de un concurso provincial y ganó el primer premio. La distinción le abrió las puertas en Buenos Aires y fue invitada a participar en una exposición del Ministerio de Cultura. La Embajada Argentina en Polonia, la invitó a participar de una muestra cultural en Varsovia.
Frecuentemente se trasladaba al campo junto a su familia, para recorrer los antiguos escenarios de los tehuelches en busca de sus misterios. Todos los integrantes de la excursión, colaboraron juntando troncos y raíces. Los que no le servían a la artista, los usaban para hacer una fogata y preparar el asado.
Cuando visitaba a sus amigos, recorría los lugares destinados a guardar la leña, en busca de extrañas formas vegetales, que en sus manos se convirtieron en obras de arte. Siempre tuvo la colaboración de su marido, para trasladar los pesados troncos y serruchar las partes sobrantes.
Talló las catorce estaciones del Via Crucis y las donó a la iglesia catedral San Juan Bosco, en el día de su inauguración.
En sus recorridas por las antiguas calles de Km 5, encontró un viejo eucalipto tirado sobre una vereda. Llamó a la casa para pedírselo a los dueños, lo llevó a su taller para convertirlo en un Cristo crucificado y destinarlo a la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, para ser destinado al altar.
Las imágenes de la Virgen de Czestochowa, San José junto al Niño y un Cristo crucificado, las donó a la iglesia San José Obrero.
Pocas esculturas quedaron en poder de su familia: el Cristo de la Misericordia, la Maldonada atada a un árbol rodeada de leones y un nido con sus pichones, tallados en las caprichosas curvas de los troncos.
La mayor parte de su obra fue destinada a las iglesias y colegios religiosos, donde permanecen recibiendo a los fieles que se acercan al lugar sagrado, en busca de un encuentro con el Señor.
Se sentía agradecida a esta tierra que le dio todo: su familia, el bienestar económico obtenido por el trabajo y la materia prima para cultivar su arte
Jadwiga partió de este mundo el 12 de diciembre de 2012.

María Teresa Dittler (del libro De sol a sol)

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