Maldita realidad
Anoche soñé contigo
y desperté esta mañana,
de mi sueño fue testigo
la noche de luna blanca.
Un lucero te peinaba,
mientras la noche corría
pues al alba perseguía
para poder atraparla.
¡Ay!, que sueño tan bonito
que lástima que al despertar
tu rostro yo no he visto
y he comenzado a llorar.
Me ha consolado el alba,
¡que maldita realidad!,
volando se fue la noche
y no te pude yo besar…
Gregorio Gázquez-
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