Crónica Literaria

Diario Cronica

Diseño y actualización:
Alberto Vargas

2001 - 2010
Comodoro Rivadavia
Chubut - Argentina

30 de junio de 2010

Versos a don José

José Domingo nació
en San Martín de los Andes
entre montañas y valles,
bosques, ríos y cascadas…
… en Comodoro caminaba
recorriendo nuestras calles.

… es que se vino “al poblao”
a cumplir “lo militar”;
por veinte dejó su hogar
que entre cerros dibujó…
¡Comodoro le ofreció
donde poder progresar!

Allí, en las conversaciones
repasaba con suplencia
(de su gran inteligencia)
Hablando del tren y el riel,
del viejo muelle “Maciel”,
la inmensa grúa “Titán”
… y escuchando a Don José
¡Lo eligieron concejal!

La democracia cristiana,
(Pelletieri presentado)
Don Braulio Ruiz a su lado,
Y Merezovich también…
Corría el sesenta y tres
cuando asumió el postulado.

El viejo puente “del cinco”
(de hierro muy oxidado)
Traspasarlo con cuidado,
-era peligro inminente-
para cambiarlo, la gente,
siempre estuvo de su lado.

Así en lo Legislativo,
la lucha recomenzó
y el puente se construyó
en un plano equivalente,
y los vecinos “del frente”,
al concejal aplaudió.

Su pasión real eran los caños,
codos, uniones y hembras.
Como el cañista que siempre
gas y agua ¡-ene surtido!-
… aire acondicionado: -¡cumplido!
¡… y ya ingresó en “Caloterma”!

Pues… trabajó seis años
cuando se independizó;
… siendo joven se casó
Naciendo así sus tres hijos,
… el futuro les predijo
Y nunca lo abandonó!

Tres hermanos agrupados
detrás de una gran empresa,
manejando con destreza
-erudismo en construcción-
Empujando el gran vagón
del trabajo, todo el día,
abrió una ferretería
¡Cumpliendo su aspiración!

Luchando siempre jovial,
sonriente, con mucha fe,
así se nos fue José
el que fuera concejal,
… la plaqueta en la pared,
Clara evocación local,
testimonio el signo real
del bien que él perseguía;
profunda melancolía
en un recuerdo final.

Y… apartándome del verso
(evocación o recuerdo),
abro en dos a mi cuaderno
las coplas del “Martín Fierro”:
Dios formó lindas las flores
delicadas, como son,
les dio toda perfección
y cuanto él era capaz,
pero al “hombre” le dio más,
¡porque le dio el corazón!.

Américo Caamaño-