Jugada maestra
Ya ni te pido que descanses,
Pequeñísima
impostergable mujer mía.
Porque esta broma del amor,
esta jugada maestra de sentirnos necesarios
ha ganado terreno,
nos ha solicitado sabiamente:
nos hemos vuelto locos.
Hemos resuelto que esto es el amor.
Sólo falta saber cómo lo utilizaremos
de qué buena manera para todos
y antes que sea demasiado tarde.
Omar Lara- |