Alma buena

Yo conozco un alma en pena que camina en la ciudad
divulgando lo que siente sin ocultar su soñar.

Cuando el pesar la maltrata, le da la espalda
al motivo y con tristeza se va.

Yo conozco un alma buena
que le preocupa mi llanto y me abastece de paz,
su cariño me dio en vida y aún le digo mamá.

No dejó se ser mi amiga, por su dolor
y sus gritos hoy yo puedo respirar.

Su transparencia me guía y su querida figura
jamás la podré olvidar.
La soledad tiene dientes, como garras los silencios
donde sé que ya no está
fantasía me lastimas,
porque las almas que penan
nunca pueden descansar.

Clara Luz Hernández Gómez-