No
NO es NO. Porque es así:
simple, atroz, definitivo…
Telón, manto, corte, olvido.
Es cerrojo de un portón.
Con perfecta convicción
NO es NO aquí y allí.
Es asunto terminado.
Con un “basta!” en la mirada,
es la certera estocada
que proviene de los labios
sin la afrenta o el agravio.
Es presente de un pasado.
Ni “a lo mejor” ni “tal vez”…
NO, entronizado en su podio;
carente de pena u odio,
es un breve remolino
que deja limpio el camino
a lo que sigue después!
Silvia L. de la Cal- |