Se me ha vuelto costumbre
Esto de estar a solas, extrañándote
mientras corren las horas y se apaga
la oscura melodía del deseo.
Se me ha vuelto costumbre
aunque prefiera
bordar presentimientos
escudándome
en caricias de sol impenitente
mientras cursen las aguas a su antojo.
Y no es que prefiriese vaticinios
remanidos bocetos o humoradas
sino la claridad de lo asequible
como sombra escondida entre azaleas.
Se me ha vuelto costumbre y no me
duele.
El deshacer los nudos vigoriza
la expansión de una brisa redentora
que echa luz y perfuma y permanece
aunque el tiempo declare mi orfandad.
Catalina Zentner-
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