Al vuelo de los versos

Me voy con el verso amigo
a los montes y los llanos
con el pincel en mis manos
y el amor como testigo.
Mi pecho ha sido el abrigo
de todo lo que yo quiero
y como el amor espero
de quien lo tomo y le doy,
presto a la amistad estoy
y el aprecio más sincero.

Amo el cedro y el caballo
como el arado y las cañas,
amo el mar y las montañas
y amo los frutos de mayo.
Amo el verso que no callo
y que en mí es una virtud,
adoro la juventud
en la que aprendí a cantar,
pero más he de admirar
guitarra, tres y laúd.

La experiencia es el saber
más grande del campesino
y completa su destino
la voluntad de vender.
Sabe cuando va a llover
y hasta en que tiempo sembrar,
porque su escuela ejemplar
y el aula de más grandeza
esa es la naturaleza
que lo enseña a cosechar.

Un granito de café
es una uvita dorada
que ya después de tostada
en su aroma admiraré.
Desde su pulpa se ve
con la frescura el olor,
pero acaso su esplendor
ha sido lo que me inspira
es que el guajiro suspira
al paladear su sabor.

En cuanto bajo al batey
veo el tabaco sembrado
y que orgullo nos ha dado
el Hoyo de Monterrey.
De la calidad, el rey,
Símbolo de cubanos,
por eso con estas manos
con que una décima escribo,
también orgulloso vivo
del mejor de los habanos.

Me gusta el canto del gallo
cuando el sol llega a sus plumas
y cuando rompe las brumas
el galope del caballo.
Me gusta el rosal en mayo
cuando la lluvia lo besa
y me gusta la belleza
del traje de la montaña
cuando de verde lo baña
la madre naturaleza.

Bárbaro Castillo Cordero-