Entonces supe qué hacer
me arremangué
las manos retorcieron el trapo
sequé y sequé
como si hubiera llorado
tanto
pero no había tiempo
llegaba lo nuevo
tenía que ponerme algo
sobre la desnuda tristeza
destapar las cañerías
trabajar
eso hice
y pelé chauchas
y deshojé prolijamente
los bordes del espanto.
Graciela Wencelblat-