Amanece en los viñedos.
El sol presuroso asoma
del este a lo lejos
da sus tímidos reflejos
sobre el verdor de la hilera.
allí, en el callejón la silueta se perfila
del viñatero que airoso
va en busca de su labor.
Es verano o invierno,
las estaciones no reflejan,
el calor no intimida
ni los fríos los aquejan.
Crecen airosos los brotes
como lanzas al espacio,
va cambiando el paisaje,
es más verde su follaje.
Entre hojas
que la brisa le da música y vigor
el fruto busca el camino
que el destino le marcó.
El otoño en su alegría
del fruto siempre soñado
la bendición nos deja
del trabajo realizado.
Amor Pablo Giménez-