Poemas

Como tú me ves nadie me ve

Con corazón de piedra

apacigüé a la madre,

liberé a aquel muchacho de la boca del tiempo

con corazón de piedra.

Frío y duro es mi corazón

y nada hallarás en él

del mundo conocido.

 

Mi trabajo es sencillo:

burlo al padre devorador de sus hijos

con un niño de piedra

y en mi sombra cobijo fugitivas muchachas

y apaciguo a las madres.

Te sonrío, es mi empleo.

 

Pero no te miro de frente

ni me vuelvo a mirar cuando pasas

ni pregunto quién eres a las aves vecinas

ni reclamo en tus ojos

vanas complacencias.

 

De «De mí haré una estatua ecuestre» 1997

 

Luisa Castro-

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