Aquella vieja casa,
cuántas historias guardan sus ventanas,
cuánta alegría salió de su entraña;
cuántos recuerdos, esconden sus grietas.
Al pasar por ella;
se puede escuchar, el rechinar de las bisagras,
se ven las huellas sobre ellas;
el vibrar de sus anécdotas.
¡Algo oculta esa casona!
algún sentimiento de angustia;
¿será que se siente sola?
Angustiada, ya que nadie la habita.
Pobre casona solitaria, abandonada,
en ti sólo han quedado recuerdos de tristeza,
la alegría en ti se ha desvanecido como magia;
magia malvada que te deja sin habla.
Narciso Ferrás Ayala-