A la sombra de un árbol
luminoso y eterno
he pasado el otoño
aguardando el invierno.
Y me nacen canciones
y te escribo mis versos
y despierto en tu cama
y te como de besos.
Sólo quiero decirte
que de amor estoy muerto,
que a pesar de las sombras
como el sol lates dentro.
Y me gustan tus ojos
que me han dejado ciego
pues de tanto mirarte
me convertí en espejo.
A la sombra de un árbol
miro pasar el tiempo
y así pasa la vida
entre naipes y sueños.
Y me nacen estrellas,
epigramas y credos
y renuncio a la duda
de creer que te pierdo.
A la sombra de un árbol
mi voz cruza el silencio
y yo cruzo esas calles
donde busco algún sueño.
Y la vida florece
igual que un crisantemo
y me fumo la triste
soledad que no tengo.
A la sombra de un árbol
me nacen frutos nuevos
cada vez que imagino
la eternidad de un beso.
Y me siento en la esquina
de algún parque ya viejo
a mirar las estrellas
que en tus ojos contemplo.
A la sombra de un árbol
desempolvo el misterio
y entre todas las cosas
donde habitas, me hospedo.
Algún niño solloza
en las puertas del cielo
y la luna se apaga
cuando muere algún perro.
A la sombra de un árbol
luminoso y eterno
después de todo y tanto
comprendo que te quiero.
Y no puedo escaparme
a otro mundo perfecto
porque, amor, pese a todo
tu eres mi Universo.
Fredy C. Morffe-
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