Poemas

A un crisantemo

A esta pausa me obliga un crisantemo
burilado de luz por mano agraria
y me detiene el paso, me suspende
en su ser que asoleado resplandece.
No advertí nunca antes que la Pacha
diera a luz tanta luz de crisantemo
ni que su vientre de arcanas epopeyas
de plena oscuridad lanzara un rayo.
A esta pausa me obliga un crisantemo
y llego tarde al banco, me confisco
este tiempo robado a la rutina
mientras suenan motores y bocinas
y pasan piernas que ya no se detienen.
¿En qué pensaba Dios cuando lo hizo
en la justa cintura de la tierra,
prueba de numeroso amor, de todo
lo que explica tu ser dedal de oro?
Y me sucede a veces que al descuido
me obliga a cierta pausa un crisantemo,
un lapacho, un gorrión, una llovizna
que en la ciudad cautiva del cemento
se amilagra ante mí como una ofrenda
que otros ojos ignoran. Viven muertos.

Long-Honi-

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